Back to Home

Preámbulo

Hoy por fin he acabado con mi vida.

Me costó mucho tomar esta decisión, pero por fin he dado el paso. Todo a mi alrededor se estaba derrumbando y mi vida no tenía sentido. Sé a ciencia cierta que de no haber tomado esta decisión me hubiese hundido inexorablemente y el sufrimiento que llevaba soportando desde hacía años se habría hecho insoportable. Mi mente estaba ganando la batalla por goleada y dominaba mi vida hasta tal extremo que me sentía como un títere, el cual, manejado por los delgados hilos de su dueño, no podía dar rienda suelta a su libertad tan soñada.

Tenía miedo de dormir porque los sueños de mi subconsciente me hacían despertar a media noche gritando desesperado y tenía miedo a la vigilia porque mi cabeza, a pesar de los esfuerzos que hacía yo, se recreaba en esos sueños dándoles un tinte de realidad que no me dejaban vivir el presente. Llegaba a la noche agotado de tanto pensar y con una sensación en mi cuerpo de dolor físico que no podía soportar. Y luego el miedo a la noche… y después el miedo al día… y así un día tras otro.

Sí. Decididamente, acabar con mi vida había sido una buena decisión.

google-site-verification: google09c63a0239f8465e.html

No te vuelvas a atascar

Si quieres conocer como tomar las decisiones correctas suscríbete a mi boletín.
Email address